lunes, 26 de julio de 2010

Instrucciones para tejer un secreto

No aprendiste el "Santa Clara"
y yo no sé el punto "Arroz",
pero sé que los secretos
se tejen siempre de a dos.

Para eso, desovillo
mi corazón que palpita
y a la madeja del tuyo
entrelazo su lanita.

Con la hebra tejeremos
este secreto de amor:
un guiño sin que nos vean...
en tu cuaderno una flor...

media caricia apurada
en la puerta de tu casa...
y nuestros nombres escritos
sobre un árbol de la plaza.

(Los tejedores de un sueño
a dúo vamos a ser...
¡Y piensa la gente grande
que no sabemos tejer!)

Elsa Bornemann.




Este es el primer librito de poemas que me compraron, cuando estaba por cumplir 9 años. Se llama "El libro de los chicos enamorados" y me lo sabía de memoria, hasta creo haber copiado alguno y con mucho disimulo esconderlo en el banco de aquel nene que me había robado el corazón (pecas con trenza! esa era yo en el "Poema del ladroncito")
Luego memoricé versos de Neruda, Marechal y Lorca, mientras los representaba en obras en mi colegio, tratando de compartir mi interpretación con otros compañeritos y mis seños, que veían en mí la veta actoral, que luego de grabar una película y terminar el colegio, quedó en el recuerdo.